El otro día nos propusieron un reto. Este consistía en que nos pusieron tres modelos de vida, y nosotros tendríamos reflexionar sobre qué diríamos si nos los encontrábamos. Estos modelos eran los siguientes:
- Se trataba de un hombre alcohólico y homosexual, que la única razón que tenía para vivir ers su perro. Había asistido a grupos de autoayuda, pero el volvía a recaer. Se trata de un hombre solitario, sin trabajo, ni amigos.
- Se trata de una mujer que en su infancia había sufrido abandono por parte de sus padres. Por lo que iba de casa en casa, con su abuela, tías, etc; hasta que acabó en un centro de menores. No mucho tiempo después la echaron porque se había quedado embarazada, y empezó a trabajar como señora de la limpieza en una casa. Pero la volvieron a echar porque se volvió a quedar embarazada. Ahora vive en la calle buscando mediante la prostitución una manera de conseguir dinero para poder sostener a sus hijos.
- Se trata de un hombre drogadicto, metido también en la traficación de la misma. Empezó a una edad muy temprana y no pudo dejarlo. Tiene una hija, que muchas veces utiliza para sacar dinero.
Entonces, ¿qué les digo?
Pues coincidimos en que toda persona ha nacido para un propósito en la vida. Todos somos parte de un mismo mundo en que cada uno juega un papel crucial durante su vida. Y todo lo que nos pasa, ocurre por alguna razón.
Concluyendo, no importa lo que dices, sino cómo lo dices. Y lo fundamental, siempre dirigirnos a ellos con mucho cariño y respeto, para que vean que no están solos, que pueden confiar en las personas que lo rodean.

Puede que no tenga una idea exacta de lo que les diría, pero sí se que si me los encontraba intentaría ayudarles y aconsejarles con lo que pueda, porque ya es hora de que alguien se preocupe y cuide de ellos.