"El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo que, al encontrarlo un hombre, lo oculta y, gozoso del hallazgo, va y vende todo cuanto tiene y compra aquel campo"
La enseñanza de esta parábola es que debemos estar dispuesto a renunciar a los bienes materiales y placeres de este mundo para preocuparnos por ganar estas bondades en el reino de los cielos.
El reino de los cielos es como un pozo de petróleo que aparece en un solar abandonado, al encontrarlo cualquiera vendería todo lo que tiene para comprar ese solar.
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta
Esta parábola nos indica que la fé entra en nosotros como algo pequeño (una oración, una lectura al evangelio...) pero que a medida que se arraiga en nuestros corazones va creciendo y acaba teniendo el potencial para ayudarnos a cambiar nuestro mundo.
El reino de los cielos es como la alopecia. Inicialmente empieza como un claro en el pelo al que no le damos importancia, pero cuando crece acaba definiendo por completo nuestro estilo de peinado.
Esta parábola nos indica que la fé entra en nosotros como algo pequeño (una oración, una lectura al evangelio...) pero que a medida que se arraiga en nuestros corazones va creciendo y acaba teniendo el potencial para ayudarnos a cambiar nuestro mundo.
El reino de los cielos es como la alopecia. Inicialmente empieza como un claro en el pelo al que no le damos importancia, pero cuando crece acaba definiendo por completo nuestro estilo de peinado.